Los desafíos del Transporte Público ante el desconfinamiento

El foro denominado Movilidad en Pandemia,  el análisis socio espacial en las políticas públicas de transporte, fue organizado por la Dirección de Extensión de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (Fau), dirigida por el académico e integrante de DataLab, profesor Alberto Texidó.

El encuentro contó con la participación de la Ministra Gloria Hutt; el Director del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI) y profesor titular de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la U. de Chile (FCFM), Leonardo Basso; el investigador de DataLab y profesor la Fau y Fen, Julio Covarrubia. El evento fue moderado por el académico e investigador del Departamento de Geografía de la Fau, Pablo Sarricolea.

En la apertura del foro, el Decano Manuel Amaya, valoró la alianza entre la academia y el Estado, “como en este caso lo ha sido con el Ministerio de Transporte, aportando con análisis de movilidad que han evidenciado la inequidad y la ineficiencia de las ciudades para enfrentar la pandemia.Estudios que nos permiten tener la oportunidad de corregir y mejorar las políticas públicas existentes en el marco de esta crisis económica, política, social y ambiental, para poder así configurar el Chile post pandemia”.

Plan Nacional de Movilidad

En su exposición, la Ministra Gloria Hutt, presentó el plan de gestión del espacio, siendo una de las claves para el retorno a las actividades de la ciudadanía, denominado Plan Nacional de Movilidad, que la líder de la cartera, calificó como el desafío más importante que tiene hoy el Ministerio”. “Debemos permitir el regreso de las actividades en un marco de seguridad sanitaria mantener el funcionamiento de la ciudad y recuperar el transporte público”, sostuvo la Ministra.

En un análisis comparativo de las medidas tomadas por diversos países afectados por la pandemia, el Ministerio de Transporte comprobó que cada caso es único y que medidas similares han producido resultados diferentes. Sin embargo, el desfase de aproximadamente dos meses entre los primeros casos en el mundo y los ocurridos en Chile, permitió la ventaja de poder observar y evaluar lo que se hecho en el mundo. 

A pesar de la diversidad de los resultados, hay algunas constantes; una de ellas, y que generó gran preocupación en la cartera ministerial, fue que en China, antes de la pandemia, el bus y el metro eran los transportes predominantes y en el desconfinamiento y post pandemia, ha sido el auto particular. Ello, porque las personas se sienten más protegidas en este medio de transporte. La misma tendencia se da en Alemania, a pesar de la profunda y extendida conciencia medioambiental de su ciudadanía. Existe una tendencia clara en el mundo de evitar el transporte público mientras exista la percepción de riesgo de contagio. En Chile, la reducción peak de su uso en el marco de la pandemia, alcanzó un 87%. 

Con estos antecedentes, explicó la Ministra Hutt, se inició un plan para que las personas puedan recuperar la confianza en el transporte público, siendo el medio de movilidad de la mayoría de la población y un elemento clave para retomar las actividades. “Por ello, se debe contemplar algunos elementos claves, además de la higienización permanente, como lo es la gradualidad, ya que permite un mejor manejo. Los países que han desconfinado repentinamente han tenido rebrotes más rápido y ha sido muy difícil controlar el funcionamiento”.

Relacionado con lo anterior, otro factor muy relevante para las políticas públicas, destacó la Ministra, es el estado emocional  de las personas, que hoy son de angustia y temor por el contagio, por la situación económica y por la recomposición de las relaciones sociales. Por ello, se deben dar una serie de condiciones para el retorno a las actividades.  

En el ámbito de la movilidad y la ciudad, este objetivo se ha centrado a través de tres puntos: 1) la reasignación del espacio público, como el uso de las calles, más ciclovías, reformateos de las ferias, horarios de trabajos diferidos, señalética de distancia física, pistas exclusivas para buses, entre otros. 2) el refuerzo del transporte público, 3) e implementar un seguimiento y monitoreo.

La huella espacial en el Gran Santiago

Por su parte, Julio Covarrubia, de DataLab una iniciativa generada desde el ecosistema abierto OpenBeauchef de la U. de Chile, con la participación multidisciplinar de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas y la FAU, que busca incorporar inteligencia territorial en los estudios sobre las problemáticas de la ciudad y el territorio, dio a conocer los cambios en el comportamiento espacial del Gran Santiago durante la pandemia, los cambios en la huella espacial de las personas. En el mes de abril 2020, señaló Covarrubia, con la declaración de cuarentena en el sector oriente, las entradas caen por sobre el 60% en algunas zonas de este sector.

Sin embargo, el análisis geoespacial, indica que en el mes de junio hubo una fuerte disminución de la huella espacial en las oficinas (-56%), pero no así en la industria (-6%). Ello significa que la mayoría de los trabajadores vinculados a las industrias siguieron trabajando. 

Durante la pandemia, se mantuvieron los grandes desplazamientos hacia los sectores bodegajes y la zona industrial de la capital, pero en la zona de alta renta hay menor movilidad de distancias largas, pero proliferan las distancias cortas.

“Hay una heterogeneidad de los desplazamientos y distribución espacial, según grupo socioeconómico”, enfatizó Julio Cavarrubia.

40%, el máximo de reducción de movilidad alcanzada

Leonardo Basso, Director del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería, explicó que los estudios realizados en la región de Ñuble y del Bíobío, señalan que con las cuarentenas lo máximo alcanzado de reducción de movilidad fue de un 40%.

“En Ñuble y Gran Concepción, independiente de la instrucción, fuera ésta cuarentena, cordón sanitario, o quédate en casa, la reducción de la movilidad nunca superó el 40%. La mayoría de las veces se logra que los desplazamientos bajen un 20% y en casos excepcionales, de  mayor coerción, un 40%”, sostuvo Basso. 

En Valparaíso y Santiago ocurre algo similar. Se reduce la movilidad hasta el 30% con medidas estrictas. En tanto, en tiempos de menor coerción, pero con colegios y universidades cerrados, se logra bajar la movilidad en un 20%. Además de esta dificultad de reducir los desplazamientos, los estudios dan cuenta de que “el panorama no es homogéneo, las comunas de estrato de ingresos menores y más periféricas, tienen menores bajas de movilidad

Asimismo, los estudios realizados por el equipo de ISCI de la Región Metropolitana, demuestran la clara correlación entre baja de movilidad y baja de contagios. En promedio una reducción de un 10% en la movilidad, reduce aproximadamente la tasa de contagio semanal en un 20%. Pero las comunas más periféricas y de estrato socioeconómico más bajos, tienen una disminución de movilidad menor, por tanto van a tener más contagios.

“Eso es sumamente complicado porque a la hora de pensar en cómo vamos a volver, estas comunas que tienen más movilidad, son las que usan más el transporte público”, agregó el académico de FCFM. 

Para el investigador, la interrogante es cómo podemos impedir que los contagios se multipliquen, si al desconfinar se está realizando el camino inverso, es decir hay mayor movilidad. 

Ante este dilema, los investigadores crearon una modelación matemática que permite responder a esta interrogante a partir de diversas variables enfocadas al uso del transporte público, siendo el mayor elemento de movilidad y de posible contagio. Lo principal desde la perspectiva de ISCI es lograr niveles de ocupación del transporte público a dos tercios de su capacidad. Buses no hacinados y que permitan una adecuada distancia física entre pasajeros. 

Todas las posibles soluciones que arrojaron los cálculos matemáticos, que contemplaron  variables como subir la tarifa o subidiarla, hacer crecer la flota de buses y aumentar las vías exclusivas, fueron desechadas por inviables. Ello, debido a la gran cantidad de recursos que debiera contemplarse y el escaso tiempo para poder implementarlas. “Pareciera ser impracticable, es una situación estresante para la ciudad”. 

Por ello, Leonardo Basso era partidario de que se teletrabaje lo más que se pueda, que las universidades y colegios se mantengan cerrados, que existan horarios diferidos de trabajo, más uso de bicicletas, más ciclovías y con ello, “tal vez se consiga el dos tercio de ocupación del transporte público”.

Sobre lo expuesto la Ministra señaló que la solución es de una complejidad muy grande, tanto en términos de tiempo y de recursos. Sin embargo, instó  a ver un aspecto positivo de los cambios que se están implementando: “Tenemos una oportunidad tremendamente valiosa de reformatear el uso de las ciudades y reconfigurar y asignar el espacio según estas prioridades sanitarias pero además prioridades de calidad de vida, las que podrían de forma natural permanecer en el tiempo”. 

Finalmente Basso, concordó con la MInistra Hutt acerca del gran desafío que implica la movilidad y agregó que las “causas están relacionadas en cómo están configuradas las ciudades latinoamericanas. Uno no puede  pedirle a un ministro hoy, lo que se ha construido a lo largo de décadas” y compartió que los cambios pueden favorecer el bienestar de la comunidad a largo plazo, “ojalá hayan cambios en nuestro sistema de transporte, que esté mejor preparado para enfrentar el Covid y que también sea mejor para las ciudades sin Covid”. 

Revisa acá el Foro Movilidad en Pandemia, el análisis socio espacial en las políticas públicas de transporte

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