"Miradas en torno a la evaluación de impacto ambiental y sus desafíos territoriales", se denominó el Conversatorio organizado por el Doctorado en Territorio, Espacio y Sociedad - FAU U.Chile, congregó a Josué Ramos, dirigente de la Agrupación de Pescadores Los Choros; Elizabeth Balcazar, dirigenta social de Caleta de Hornos; Francisco Cabrera, dirigente de la Federación Nacional de Trabajadores Públicos del Medio Ambiente; Matías Asun, Director de Greenpeace Chile; Nancy Duman, ambientalista de la ONG Sphenisco; y el Dr. Wolfgang Stotz, académico del Departamento de Biología Marina de la Universidad Católica del Norte.
El Proyecto Dominga volvió al debate nacional debido a los Pandora Papers en los que fueron denunciados 330 políticos de 90 países, de los cuáles sólo tres son presidentes que cumplen actualmente su mandato: Sebastián Piñera, de Chile; Guillermo Lasso, de Ecuador; y Luis Abinader, de República Dominicana.
El caso del Presidente Piñera, la denuncia se focaliza justamente en la compraventa del polémico proyecto minero Dominga, que por su cercanía al archipiélago Humboldt afectaría a uno de los ecosistemas más ricos del mundo.
Ante esta controversia, el Doctorado Territorio, Espacio y Sociedad de la FAU organizó este conversatorio que fue introducido y moderado por la Doctorante Catalina Amigo y los Doctorante Esteban Delgado y Pedro Pablo Achondo, quienes realizaron una breve exposición sobre las características generales del sector, así como las repercusiones ambientales, sociales y económicas del proyecto. Tras ello, invitaron a los y las expositoras a compartr sus apreciaciones respecto del proyecto y len el segundo bloque, a plantear las acciones a seguir y los desafíos.
Al iniciar el encuentro, Elizabeth Balcazar dio a conocer la situación en la zona y relató que el proyecto divide a las comunidades ya que existe un ofrecimiento por parte de la empresa de amplias oportunidades laborales para la comuna de La Higuera y la región. “El proyecto siembra división entre la gente, vemos a pueblos divididos, a comunidades divididas. Donmiga habla de los empleos que genera con los que tiene ilusionada a mucha gente de la localidad, pero no habla de los empleos que quita. Mi papá y mi mamá tienen trabajos relacionados con el mar, mi papá es buzo y mi mamá trabaja en un restaurante y todos lo hacen de manera sustentable y ¿qué va a pasar con ellos? Dominga, nos desestabiliza como personas, como pueblo, como comunidad”.
Respecto de los desafíos, la dirigenta social sostuvo que “entendemos que La Higuera es una de las comunas más pobres de la Región, pero no se quiere ahondar en la ayuda social para la comuna. No hay preocupación por parte de los gobiernos locales, porque para vender un producto hay que crear la necesidad y ahí llega Dominga y ofrece cursos, ofrece compartir parte de sus ganancias con la comuna y se presenta como un salvador de la economía local. Para enfrentar esta situación, es importante la ayuda desde el gobierno regional, desde el gobierno municipal, deben haber soluciones con la mano de la comunidad, pero desde el Estado, no desde los privados. El municipio ha aceptado la ayuda de la empresa con termómetros, con cajas alimentos y el gobierno regional y municipal, están siendo cómplices de una empresa privada que quiere devastar el territorio y anexo a eso, posicionarse como la salvadora de la comuna de La Higuera y salvarnos de la pobreza”.
En tanto, Nancy Duman, explicó cómo fue el procedimiento de la evaluación de impacto ambiental y señaló algunos de los problemas y vicios del informe. “Al momento de evaluación viene un gravísimo error, es que en la tercera venda se les pide a los servicios el pronunciamiento respecto del proyecto y cuando se pronuncian los organismos técnicos la evaluación del proyecto es arrebatada por el nivel central. Entonces el equipo técnico no se les permitió continuar con la coordinación de la evaluación y el nivel central deja de lado la opinión del organismo técnico y evalúa y elabora el informe consolidado de evaluación a favor del proyecto minero”.
Asimismo, sostuvo que Dominga “representa todo lo que los chilenos y las chilenas no queremos más para nuestra sociedad, manipulación, presión de los grupos económicos sobre las instituciones públicas, división de las comunidades, entre muchas otras cosas”
Por su parte, el dirigente pesquero, Josue Ramos, señaló que “hay aspectos muy oscuros respecto de todo lo que ha sido el proceso par la aprobación de este proyecto, primero comenzó como Proyecto Minero Dominga y después de un año o dos le sumaron un apellido: Proyecto Minero Portuario Dominga y ahí vino el quiebre con los pescadores porque dentro de su proyección viene también una desaladora y en Chile no hay regulación de las desaladoras”.
Josue Ramos compartió su visión respecto de los desafíos puntualizando que existe una ausencia del Estado en las comunas y “quien ofrece la salvedad es Dominga. No hay proyecto para la zona y lo único que viene a llenar esos vacíos es esta empresa. Necesitamos un plan comunal de desarrollo a través del turismo, de la agricultura, por ejemplo. Pero necesitamos una propuesta de desarrollo desde el Estado y no desde una empresa privada”.
El Director de Greenpeace, Matias Asun, enfatizó que “es miserable lo que estamos viviendo con Dominga, miserable en todo sentido. Los que están defendiendo este proyecto desde los sillones ejecutivos, no tienen otro calificativo que les quepa. Lo que están haciendo va mucho más allá de la ilegalidad, supone dejar el país en vergüenza, supone haber comprometido la firma de los abogados de la presidencia, del mejor amigo del presidente, de los hijos del presidente, de la señora del presidente, de dejar esa zona sin protección por 10 millones de dólares. Es vergonzoso lo que estamos presenciando”.
En tanto, en relación a las proyección señaló que “lo que se requiere es de una democracia ambiental real, lo que estamos pidiendo no es más medio ambiente, es democracia”. El Director de Greenpeace invitó a suscribir la solicitud formal al Servicio de Evaluación Ambiental que invalide la autorización ambiental del proyecto Dominga en: https://noadominga.cl/
El académico Wolfgang Stotz, sostuvo que “este proyecto es una megaminería, dos rajos enormes que se hacen en una cuenca. Esta región es de valles transversales, siempre se habla de Elqui, Limarí y Choapa, pero hay un cuarto valle transversal, que es el de los Choros, es una cuenca, no es un río superficial, sino que corre habitualmente debajo. Se va a poner una minera en el corazón de la cuenca, en la mitad de la cuenca. Ello va a significar que va a impactar todo lo que hay río abajo, a todas las comunidades”.
Respecto de los desafíos, Stotz agregó que “las decisiones respecto de qué se hace con un territorio, qué parte vamos a proteger y cuál no, es una decisión que debe tener la sociedad como un todo, todos los actores. Ojalá con la mejor base de conocimiento, saber a ciencia cierta lo más que se pueda, cuáles son los riesgos que se corren, cuáles son las certidumbres en ese riesgo y ése es el aporte que debería hacer la ciencia”.
Francisco Cabrera, sostuvo que en el proceso de evaluación ambiental e hay una fusión entre lo político y lo técnico, “no hay separación entre estos dos elementos, en Dominga la decisión política se camufla y se interviene como si fueran decisiones técnicas cuando en realidad hay una decisión política para llevarlo adelante. Lo otro que es preocupante es la ruptura del tejido social en los territorios y en las localidades es un evidente impacto que la evaluación de los proyectos debieran considerar, no es posible que un proyecto llegue a romper una sinergia social, las formas de las comunidades de organizarse, la dinámica de las familias, un proyecto no puede llegar a romper eso”.
Finalmente y en relación a cómo debiera ser un adecuado sistema de evaluación ambiental sostuvo que “hay que hacer modificaciones a la evaluación ambiental, el proceso constituyente que se está llevando adelante a través de la Convención es muy importante cómo va asumiendo estas materias. Además, creo que el Servicio Nacional Ambiental debe ser un organismo autónomo, que le permita estar ajeno a la definición que hacen las autoridades políticas. Hay que terminar con el Comité de Ministros y las comisiones de evaluación, de esta manera darle más atribuciones a las localidades y territorios para sus proyectos”.
Revive aquí el conversatorio completo: "Miradas en torno a la evaluación de impacto ambiental y sus desafíos territoriales"
